martes, 26 de junio de 2012

Epílogo: La Bailarina Marginada





Cinco años han pasado.

Lo sé, tengo la leve impresión de llevar los días desde que entré aquí. Contando cada segundo de libertad que he tenido, aunque solo sea a escondidas.

Escondida mejor que muerta.

El Distrito 13 es grande, es funcional pero por sobre todo, es sobreviviente. Sus líderes son lo bastante capaces de dirigirnos a todos y yo, la chica que solía bailar en los campos de lavanda mientras se sentía sola. Ahora estaba casada, era tía de un hermoso niño llamado Ty, y yo misma estaba esperando a dos hermosos bebés, mientras me hacía cargo de Aurora, la chiquilla de tres años que era casi un tesoro aquí, donde los niños son escasos.

Light trabajaba en los cultivos subterráneos y de vez en cuando hacía guardias en la superficie. Me daba miedo dejarlo ir, como si nunca volviera a verlo. Pero luego me repetía a mi misma que todo aquí, estaría bien.

El “Cuartel” como lo llamaba Jared, había encontrado muy útil nuestra historia para interceptar comunicación con el exterior. Loren ayudó a que se percibieran las señales televisivas del Capitolio por si se les ocurría venir aquí a buscar a alguien o algo.

Ahora sabíamos lo que pasaba sin ser detectados en lo más mínimo. 

Éramos invisibles pero sobre todo, estábamos a salvo. Jared me había dicho que mi madre se había retirado de su puesto como alcalde y que ahora estaba viviendo con los padres de Light para amortiguar sus pérdidas. Como lo esperé, Nial, Dima, Lila y el resto de nuestro equipo y los Vigilantes implicados en nuestra victoria. Habían sido ejecutados o castigados; Los Décimos Juegos del Hambre fueron re-editados; se definió un ganador diferente de un distrito diferente sin que él tuviera que mover un solo dedo. Nunca veo los Juegos. Nadie lo hace. Para mí, es solo un millar de pesadillas revividas; Jared es como mi segundo padre y siempre que me reprochaba la culpa sobre aquellas muertes, él solo me decía que por algo, el destino me quería tanto con vida.

Quería que estuviera allí.

Quería que viviera y formara una familia como lo estaba haciendo.

Era feliz. Pero a la vez culpable en muchas cosas.

Pero en realidad… ¿Qué son mis muertes en comparación a las del Capitolio? ¿Qué daño puedo hacer yo, cuando el régimen sigue suelto y continúa oprimiéndonos?

Nada, en comparación con eso –y lo que hay en pruebas físicas –no soy nada. Tan solo un leve recuerdo de los primeros años de régimen.

Quizá hasta una historia ficticia que quemarán en cuanto la encuentren.

No soy una rebelión, fui parte de ella.

Y seguiré siendo lo que soy.

Una bailarina Marginada.

1 comentario:

  1. La bailarina marginada... lo adoro. Yo hago ballet y me siento taaan identificada con ella cuando baila! Bueno, felicidades de nuevo y gracias por escribir para que yo y otras personas podamos leer tu historia. Ya se me aclaró todo lo que te pregunté, un besazo:)

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