Me levanto de tope y tomo el arco en mis
manos. Cargo una flecha de veneno y apunto directamente a Dan. Ella tiene una
especie de espada y un Tridente de mano. Tampoco está sola. La chica del 10
está con ella. Su cara ovalada y pecosa tiene rasguños de cuchillo por todas
partes. Se le ve segura y con una lanza en la mano es mucho más peligrosa de lo
que su cara refleja. Light se levanta y coge la espada. Escucho a Nik salir de
la cascada con varios cuchillos en la mano.
― Vaya, vaya –dice Dan –Se aliaron con un
nerd. Y… ¡oh! Mira sabe lanzar cuchillos. ¡Qué miedo!
Escucho a Nik gruñir.
― Tranquilo, no te haré daño. Me vale quién
sea el chico que gane. Venimos es por ella –murmura en un tono inocente
La chica del 10 empieza a caminar en mi
dirección. Nik lanza un cuchillo que le roza la cintura.
― No te le acerques –dice
La chica retrocede unos pasos pero sigue
acechándome con su lanza. La cual no puede lanzar desde tan poca distancia.
Apunto a la cabeza de Dan. Ella ni se molesta
en moverse. Solo me mira y se ríe.
― ¿De verdad crees que vine sin estar
preparada? –se burla y toma su cuchillo y lo pasa sobre su piel sin causarle
ningún rasguño.
Un escudo. Light se posa frente a mí con su
espada lista.
― Además, vine muy bien acompañada. Trina no
es la única que vino conmigo –dice y en ese momento escucho los arbustos
moverse ―Les presento a mis nuevos Aliados.
Contengo un grito sofocante en mi garganta
cuando veo al resto de Tributos. Allí están, las tres chicas que vienen a por
mí y el chico de piel oscura que quiere matar a Light y a Nik. La otra chica es
de pelo rubio. Tiene la cara pecosa y le sangra la frente. El chico es alto,
tiene un cuchillo extraño y cojea un poco.
― Jay, encárgate de los chicos. Nosotras
tenemos un asunto pendiente con Ivy –dice Dan y en ese momento escucho al chico
correr y abalanzarse sobre Light. Nik lanza un par de cuchillos que él logra
esquivar pero se da cuenta que las tres chicas empiezan a acorralarme.
Nik lanza un par de cuchillos a Trina, y esta
le responde atacándolo con la lanza. Dan saca las garras del tridente y la otra
chica, tiene un cuchillo cubierto de una sustancia viscosa negra. ¡Veneno!.
Empiezo a correr con el tobillo adolorido
― ¡No dejen que los toquen sus armas! ¡Tienen
veneno! –grito. Veo de reojo a Light y a Jay sacudirse en el suelo. Light
sujeta el arma de Jay pero luego solo escucho un golpe estruendoso contra una
roca.
Las dos chicas empiezan a correr hacia mí.
Logro disparar la flecha venenosa que le da a la chica rubia en el costado. No
hay señales de que le haga algo. Ella solo sigue corriendo detrás de mí. ¡Demonios! Empiezo a correr a través del río.
Siguiendo la corriente hasta que me resbalo en una roca musgosa y caigo en el
agua. Aferro con fuerza el arco y me sumerjo. La corriente se vuelve cada vez
más fuerte pero a su vez me permiten escapar con tiempo.
Logro sujetarme de una orilla y salir del
caudal. Me reviso. Tengo las flechas y el arco. El resto no importa. Me sacudo
el pelo y empiezo a caminar por el bosque. Llego a un gran árbol de corteza
marrón y lo trepo con cuidado. Logro distinguir a Dan y la chica rubia. Me tapo
la boca y empiezo a controlar mi respiración. Tienen una linterna y empiezan a
iluminar su camino por el trecho bosque. La chica rubia empieza a toser y luego
cae al suelo. Dan trata de levantarla pero solo consigue que la chica caiga al
suelo de bruces y empiece a vomitar. La chica empieza a vomitar sangre. Dan
empieza a examinarla y descubre la herida con la flecha en su cuello. Está de
color púrpura e inflamado.
― ¡Maldita! ¡También tienen veneno! –grita
Dan.
La chica rubia cae al suelo y suena el
cañonazo. Dan empieza a correr deprisa río abajo mientras que yo me bajo del
árbol y camino de vuelta a la cueva. Vuelvo al río para ocultar mis pisadas y
en cualquier caso ocultarme en la corriente. Avanzo por la orilla con el arco
cargado. Llego a la pequeña playa que me indica el inicio de nuestro escondite y
empiezo a escuchar gruñidos. Me levanto y logro distinguir a Jay sobre Light.
No puedo ver a Nik pero en cuanto tengo un campo de visión despejado logro
dispararle una flecha a Jay en el cuello. Suenan dos cañonazos seguidos y
empiezo a correr hacia el cadáver inmóvil de Jay.
Lo remuevo de Light y me encuentro con su
mirada. Está bien. Suelto un suspiro de alivio pero él no parece nada
tranquilo. Su cabeza recorre todo el campo y no se detiene hasta encontrar
algo. Sale corriendo y yo lo sigo. Es allí cuando me percato de su
búsqueda. Busca a Nik.
Llegamos a una especie de claro. Está lleno de
arbustos gigantes y columnas blancas que posiblemente sean de alguna fábrica.
Hay escalones pequeños que llevan a un nivel destrozado donde logro distinguir
a dos siluetas en el suelo.
Light y yo corremos hacia ellas con las armas
en la mano. Subimos rápidamente por los escalones y vemos a la chica, Trina con
un cuchillo en el cuello. Está muerta. Suspiro de alivio pero aún veo tenso a
Light y no es hasta que distingo a Nik que logro entender por qué.
Tiene la cara ensangrentada y los ojos idos.
Las manos le tiemblan dejando que los cuchillos que tiene le corten las palmas.
Corro y me sitúo a su lado. Le quito los cuchillos y lo miro. Sus ojos me
siguen y luego Light se sienta a mi lado. Empiezo a desesperarme. Miro su pecho
y descubro un corte de cuchillo a lo largo de su pecho. Tiene la misma pinta
que el de la chica rubia. Comprobándolo. Nik tose y gotas de sangre caen al
suelo. Tomo su rostro en mis manos. Está ardiendo. No durará. Nik libera una
mano y toma una mía.
― Gracias… Por todo –digo con lágrimas en mis ojos.
― G… Ga… Gana –su voz se corta y se desvanece
― Lo haré… Lo prometo –sollozo tras sollozo se
va carcomiendo mi corazón y en cuanto escucho el cañonazo y descubro que Nik
está muerto un grito sale de mi garganta. Un grito de dolor desgarrador
Light me abraza y me quedo allí hasta que el
aerodeslizador se lo lleva. Su cadáver sube y se desvanece en medio del sol de
la madrugada. Miro mis manos temblorosas y me quedo allí un rato. El chico que
salvé de que muriera. Había muerto por mí. Mis manos forman puños y sostienen
con firmeza la ira que se apodera de mí. Light ya no tiene de qué preocuparse.
Es el hombre vencedor. Se lo llevarán ahora y estará en el Capitolio hasta que
Dan muera… o yo.
Pasan minutos y luego horas. Nos quedamos allí
tumbados. Él tratando de reconfortarme mientras que yo me percato que no llegan
para recogerlo. Eso quiere decir que aún quieren que esté aquí. Si él muere
tendrá que ganar alguna de las dos chicas. Sacudo esa idea de mi mente y me
giro hasta que estoy frente a él. Su rostro se ve preocupado. Esbozo media
sonrisa y lo beso. Es casi como uno de despedida. No quiero que él esté cuando
ocurra el encuentro entre Dan y yo. No quiero perderlo. Tengo que enfrentar
esto sola.
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