miércoles, 13 de junio de 2012

Capítulo XXII

Bueno por fin lo terminé!!! No se si quedó muy bien... Espero que les guste y comenten!


Luego del extraño y algo terrorífico episodio decido quedarme de guardia. Nik no pone ninguna objeción y se adentra en la cueva donde unos minutos después puedo oír una ligera discusión entre Light y él. Al parecer a él no le parece bien que esté desprotegida afuera pero luego de un rato Nik logra apaciguar las cosas y Light accede a que necesite un momento a solas.

En primer lugar, me despido de Liam mientras el aerodeslizador se lo lleva. No me molesta en que los demás Tributos. Tan sedientos de sangre luego del anuncio. Vengan aquí. Tenemos un buen escondite y no les tengo miedo. A ninguno. Tengo mi arco y mi carcaj en cualquier caso. Descansé lo suficiente como para estar alerta toda la noche.

Empiezo a comer una tira de carne seca con repentino entusiasmo. Light tiene una lucha menos dura contra Nik y el otro chico. Mientras que yo tendré que deshacerme de Dan y de las otras dos chicas que quién sabe Dios donde estén. Mi única preocupación ahora es Dan. Aunque por lo que presiento debe estar bastante herida luego de su lucha contra Liam que supongo, no le habrá quedado tan fácil. Pienso en sus cuencas vacías y en la sangre que brotaba de ellas. Quizá Dan piense que Liam habrá muerto por su causa. O quizá haya visto el muto asqueroso que lo acabó. Quizá lo siguió y está a punto de abalanzarse sobre nosotros. O tal vez haya visto la habilidad oculta de Nik y tenga miedo que entre los tres la desmembremos y matemos en menos de dos segundos. Podría estar pasando algo ahora de lo que no me podré enterar nunca.

O quizá sí. Si gano mostrarán el video que resumiré todo lo sucedido en la arena. Una semana creo que llevamos aquí pero siento que es una eternidad. ¿Y quién no? Si estamos casi todos muertos o heridos. Esto de veras es lo más cercano al Purgatorio que cualquier cosa. Miro mi chaqueta y busco dentro de mis bolsillos mi colgante. El que me regaló Melanie antes de venir aquí. La L de diamantes que tanto me puede ayudar ahora. No tengo miedo de que alguien la vea. De todas maneras puede que Light me la haya regalado mientras mataban a alguien. Los del Capitolio no pueden vigilarnos a todos al mismo tiempo. Solo se concentran donde hay más emociones que los mantengan despiertos y con el dinero depositado en las cuentas de cada Tributo que quieren que gane. Miro al cielo despejado y que aclarece pronto esperando algo que me diga que todo está bien. En ese momento solo encuentro un vacío tan inmenso como la vida misma. Pero tan lleno de emociones como una carta o un libro.

Pienso un poco en mi madre. En su larga cabellera negra y su mirada penetrante que jamás es cruel. En mi padre logró distinguir este tipo de situaciones y es que cuando me pregunto si me estará ayudando donde quiera que se encuentre. Loren, debe estar mirándome en este instante. No como un espectador más, ansioso de que muera o que haga algo para cobrarme la vida de Liam que se sofocó en frente de mis ojos. Sino él espera que yo sonría. Cosa que he dejado de hacer desde hace mucho tiempo y que quizá ahora, más que nunca necesite.

― ¿Cansada? –me pregunta una voz que de inmediato me saca de mis pensamientos y me sitúa en otro mundo completamente diferente. El de la paz

Niego rápidamente con la cabeza y Light se posa a mi lado. Su cabeza se pone sobre mis piernas mirándome. Le sonrío con tristeza y me tomo un momento para respirar profundamente y aspirar ese aire húmedo que me llena toda la mente. Me siento lastimada pero en parte algo contenta por el hecho de que siga vivo. Aunque me intriga qué fue lo que pasó en el tiempo de mi inconsciencia. Creo que es bueno preguntarle.

― ¿Puedo preguntarte algo? –empiezo mientras le doy un beso en la frente.

― Lo que sea –responde mirándome a los ojos.

― ¿Puedes decirme qué pasó en lo que estuve inconsciente? No te… ves bien, luego de eso, quisiera saber qué te tiene tan perturbado –pregunto sinceramente.

―No es que importe mucho… -dice y lo miro con una expresión de desdén. Quiero saber qué pasa. Esa es una parte por la cual estoy sintiéndome tan extraña.

― Quiero saber… -murmuro

Light suspira y me hace pensar que no es buena idea presionarlo ni forzarlo a que me diga algo. Pero por otra parte es lo que quiero. Aclarar las dudas que tengo en relación a él. Todas esas cosas que sucedieron o pasaron lentamente por su cabeza que la verdad me tienen algo desorientada frente a muchas cosas. De todo lo que podrían darme. Su respuesta era lo único que necesitaba.

― Por favor –pido suplicante.

El se levanta dejando mis manos sobre mis rodillas, vacías. Sus ojos chocolate me examinan con cuidado y luego se detienen en mi rostro. Como si quisiera ver algo dentro de mí. Una expresión quizá.

Light se sienta frente a mí y aparta un pequeño mechón de pelo de mi cara antes de responder algo:

― Estuviste inconsciente dos días. No es mucho a pesar de que para mí fue casi una eternidad. Nik te cuidaba. Por supuesto, yo estaba más ocupado en tratar de mantenerte a salvo –traga saliva –Cada vez que escuchaba un cañonazo o eso era lo que creía escuchar. Corría a tu lado. Nik me aseguraba que todo estaba bien pero cada minuto mi paciencia estuvo a punto de colapsar. Por eso cuando despertaste fue como si el alma volviera a mi cuerpo.

― ¿Pero qué fue lo que pasó? No recuerdo muy bien qué fue lo que ocurrió. Solo el enfrentamiento con Liam y Dan, luego ellos huyeron y luego una rama se rompió y cayó sobre mí. ¿No?

Light niega con la cabeza y sus labios forman una línea recta.

― Si nos enfrentamos con Liam y Dan. Ellos huyeron pero no fue por nosotros. Fue una especie de avalancha. Nik venía de las montañas con todo nuestro equipaje y provisiones. La avalancha venía desde nuestro antiguo escondite hasta más o menos los límites con la Cornucopia. Por eso no pudimos regresar. Una roca salió disparada e hizo que un árbol cayera sobre ti. Allí quedaste inconsciente. Nik me ayudó a levantar el tronco y a levantarte. Tuvimos que huir pues solo escuchábamos gritos de los demás Tributos. La trampa que al principio pensé que era para Nik, había sido una manera de reunirnos a los que quedábamos en la Cornucopia.

»Nos encontramos con los chicos del 9 pero no pudimos hacer nada. No estaban armados y nosotros estábamos demasiado ocupados tratando de llevar las provisiones y a ti a un nuevo escondite. Nik se dispuso a buscar otro refugio y encontró este. Allí nos enviaron los binoculares. La avalancha había no había dejado rastro de nada pero sí nos dimos cuenta de una gran grieta donde pudimos ver a los chicos del 9. La chica estaba demasiado hambrienta y el chico parecía desvanecerse a ratos por una herida en su cuello.

» En la noche. Me ofrecí como guardia. Nik se quedó contigo tratándote las heridas y allí fue cuando Mia apareció. Nik me había contado un poco de ella. Tenía un hacha y la mirada asesina. No fue fácil acabar con ella. Sin embargo, lo que más me perturbó fue que, me gustaba matarla. Como si algo me dijera que estaba bien. La acabé con la espada pero seguí. Nik me pidió que me detuviera. Me dijo que habías hablado. Pero que seguías dormida. Solo decías ¿qué nos han hecho? ¿Qué nos han hecho? Luego de eso estuve solo en el bosque. Tenías razón. Nos estaban cambiando.  Tengo rabia conmigo mismo. Me asusta que esta rabia y este sentimiento se apoderen de mí… No sé.

Lo miro con ligeras lágrimas en los ojos. No sabía que se sentía culpable por la muerte de nadie. Creo que a pesar de haber ido a la Academia de Profesionales nunca nos enseñaron a lidiar con las muertes. Nunca matamos allá. Eran tan solo maniquíes y cosas sin vida pero aquí estamos obligados a matar. Quitar vidas y todo para volver a casa. Queramos o no, aquí toman a los niños como armas.

― No es tu culpa –lo aliento –No lo es de nadie.

Sí que lo es. De este estúpido régimen de sometimiento que lo único que hace, es sacar lo peor de nosotros. Ojalá todo esto acabara. Ojalá pudiéramos volver al antiguo mundo. Donde nadie tenía que hacer esto. Donde todos eran libres de ir y venir donde sea. Quizá algunos hayan desperdiciado su planeta pero es mucho mejor que ser obligados a convertirse en asesinos prematuros como nosotros.

Light sabe también que si hay culpables pero aquí no podemos hacer nada. Solo seguir y esperar que algo nos ayude a volver.
En ese momento veo a Dan salir de los arbustos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario