Bueno espero que les guste!
− ¡Mamá!
¡Mamá! –Grito muy fuerte – ¡mira lo que encontré!
Mi mamá se
da la vuelta, trae una falda morada y una blusa de color blanco, como la nieve.
Mi color favorito. Me sonríe.
− ¿Qué pasa,
princesa? –pregunta agachándose y dándome un beso en la frente.
− Mira,
mira. Un diamante –respondo. Ella solo se ríe. -¿Por qué te ríes mami?
Ella me toca
el cabello y me acaricia.
− No me río
de ti, corazón –dice ella –es solo que…
− ¿Qué pasa
mami? –pregunto.
Ella me mira
y sonríe.
− Nada, eres
muy afortunada por encontrar eso. Porque no se lo muestras a tu hermano –me
dice.
Hago un
puchero.
− No quiere
hablar conmigo. Siempre está con Melanie o con papá. No sé qué hacen –digo.
Ella mira el
alto castillo llamado refinería. Y suspira. Me mira otra vez.
− Solo
están… tratando de hacer de esto un lugar mejor, cariño –dice tomando mi mano
con sus grandes y largos dedos –quizá no lo entiendas todavía. Tienes cuatro
años. Pero eres muy inteligente. Quizá cuando crezcas veas lo que esto hizo por
ti –dice y no le entiendo.
− No te
entiendo mami. ¿Acaso el mundo está mal?
− El mundo
no, la gente sí –mira al cielo –vamos, allí vienen los cuervos –dice y yo me
asusto.
Los cuervos
son feos y malos. Siempre llegan y de ellos salen hombres. Traen cosas de metal
y cosas que disparan en las manos. Luego se van pero a veces dejan tan mal a
unos señores que no se levantan jamás. Los cuervos son malos y también los
charlajos, me roban mi voz y no quiero quedarme sin una. Mamá me lleva a uno de
los sótanos llamados refugios. Allí está Melanie y me recibe. Mamá entra y me
siento al lado de un niño extraño. Tiene el pelo amarillo. Los ojos cafés. Y
trae un pantalón verde y una camisa gris, sus pies son iguales a los míos y traen
unos zapatos negros. Tiene algo en sus manos. ¡Otro diamante!
El niño mira
el mío y me mira a mí.
− Hola niña
–dice.
− Me llamo
Ivy –contesto mirándolo feo – No niña.
El niño se
ríe.
− Yo me
llamo Light –dice
− ¿Lait?
–pregunto.
− No…
L-I-G-H-T.
No decimos
más porque escuchamos golpes y cosas afuera y se corta la electricidad. No me
gustan los Días Oscuros.
Despierto en medio de sus brazos. Vamos en
medio del bosque. Sus brazos me rodean y siento un dolor punzante en la cabeza.
Miro de reojo todo, estuve inconsciente mucho tiempo al parecer. Pues puedo
escuchar las pisadas de Nik siguiéndonos.
Nos estamos “mudando” pero ¿a dónde?
− ¿Seguro que es buena idea? Mia solo murió
anoche y parece el lugar más predecible. Aquí me encontraron ¿recuerdas? –la
voz de Nik parece agitada. Debe estar llevando un equipaje pesado.
− Por esa misma razón no van a volver. Además
encontré una cueva oculta tras unos matorrales cerca de la cascada. Un buen
escondite –dice Light serio.
No dicen nada más. Escucho los suspiros de Nik
atrás y luego un cañonazo. ¿Quién fue esta vez? ¿Podré ver su rostro esta noche
en el cielo como ocurrió con los demás? Tal vez sí, si es que acaso puedo abrir
los ojos con el dolor tan punzante que tengo en la cabeza. Siento mis brazos no
responder y muevo un poco los dedos. Tan solo como para saber de mi estado.
Cuando muevo mi tobillo derecho siento un dolor horrible. Seguro está con
alguna fisura. Frunzo el ceño a causa del dolor.
− ¿Sigue teniendo pesadillas? –pregunta Nik.
Light para en seco quizá para mirarlo.
− Eso creo. Ha estado inconsciente desde ayer
y no para de perturbarse un poco. Le dan escalofríos cuando tiene una pesadilla
y también frunce el ceño –responde Light soltando una ligera risita.
− La conoces bastante bien –afirma Nik –Debes
quererla mucho…
− Quererla no… -Light hace una pausa –La amo.
Las ramas secas y rotas continúan invadiendo
un corto lapso de silencio.
− Yo nunca he estado enamorado –dice Nik –me
han gustado algunas chicas pero no sé qué es sentir lo que ustedes sienten el
uno por el otro. En especial estando aquí.
Light ríe entre dientes.
− Es… como que todo tiene sentido. Nada te
falta. Un vacío que tenías en tu interior y no sabías que existía se llena.
Harías cualquier cosa por ella. Lo que sea –murmura Light.
− Dice tu nombre dormida ¿sabes? –dice Nik –La
escuché en la noche.
Light guarda silencio aunque logro percibir
sus labios en mi frente.
− Me gustaría que ella ganara –continúa Nik
–No es nada modesta, ayuda a quien lo necesita. Cambié mi opinión de ella.
Merece vivir.
Esto sorprende a Light. No porque no estuviera
de acuerdo, supongo. Él me dejaría ganar pero yo moriría con él. No encontraría
otra cosa que me llenara como lo hace la sensación de tenerlo conmigo.
− ¿No quieres ganar? –pregunta Light.
− En realidad… sí, la vida es algo muy valioso
pero… nadie me extrañaría. Mis padres siempre trabajan y no creo que nuestros
lazos sean tan estrechos. No tengo a nadie a quien ame. Siempre he sido
solitario –el tono de Nik es sincero. No podría contradecir sus palabras así
como así –Además no tengo posibilidades ante ustedes.
Otra vez silencio.
− Quizá las cosas cambien –concluye Light
antes de quedar nuevamente inconsciente.
Pum, pum,
pum, pum. ¿Pisadas? No. ¿Cañonazos? Tampoco. ¿Latidos? Eso es. Un corazón.
¿Dónde está? Solo veo oscuridad. ¿Dónde estoy? ¿Qué pasa?
Trato de
distinguir algo en medio de una penumbra infinita. Mis ojos ubican una fuente
de luz. Camino hacia ella pero tardo en llegar. Los latidos se hacen más
fuertes. Escaleras. Las subo con cuidado y me doy cuenta que solo traigo un
pedazo de tela muy fino desde mis hombros hasta mis tobillos de color gris. La
luz me perturba. ¿Qué pasa? Me llega la sensación de vacío cuando la vista se
aclarece. Ruinas. Pedazos de viviendas, vidas. Todo destruido. Camino un poco
por aquel campo destruido indagando.
“Por
solicitud directa, todos los Distritos serán vigilados. Serán acusados de ser
el caso e incluso se podrá tomar la medida que se considere acorde a las faltas
nombradas a continuación:
- Robo y
usura a las mercancías pertenecientes al Capitolio
-Desafiar la
autoridad del gobierno de Pacem
- Huir del
castigo propuesto
- No
atenerse a las órdenes dictadas directamente del Capitolio
-Ser
cómplice o incitador en cualquier movimiento de rebelión.
-Salir del
Distrito correspondiente sin autorización.
- Guardar
silencio ante asuntos que perjudiquen el orden y paz de Panem
Por esta
razón el Distrito 13. En consecuencia a sus faltas expuestas en su mayoría
anteriormente, ha sido sentenciado a la extinción. Igualmente será así con
cualquiera de los 12 Distritos restantes que usen desafiar a la autoridad
central y total del Capitolio, por lo tanto del Gobierno de Panem.
Con esto se
finaliza la guerra y los Días Oscuros. Nuevas
reglas serán acogidas y ejecutadas. Sin excepciones.
Gobierno de Panem
Leo el papel sobre el único poste en
pie. La brisa es fría y mi corazón está igual. No quiero llorar, pero no puedo
contenerme. ¿Qué han hecho?
¡¿Qué nos han hecho?!
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