Quizá escriba algo de Cato y Clove. Algo pequeño. He estado obsesionada con ellos desde que empecé a leer sus historias. Son geniales.
En fin, Disfrutad!
Liam no da ninguna señal, al final, Light y yo
decidimos volver a la Cornucopia para comer algo y también ir preparándonos
para cuando mueran otros Tributos. Quedamos 12, la mitad. No iremos en cuanto
Dan o Seth estén muertos dejando a Liam lidiando con esto. Un golpe de suerte
nos permitirá huir sin tener que matarlo a él también.
Llegamos a la Cornucopia y no vemos a Seth.
Las provisiones están regadas todavía. Revueltas. Hay cosas destrozadas y
alguna que otra arma rota. Corremos hacia el cuerno de oro y a tientas busco
las flechas. Hay varias rotas pero supongo que no todas lo están. Light busca
en su saco de dormir algo y suelta un suspiro de alivio al encontrarlo.
Empezamos a organizar las provisiones y a poner todo en su sitio. Light hace el
inventario mientras me deshago de las armas rotas y la comida pisoteada cerca
de las ruinas.
Me cruzo con el cadáver del basilisco y veo que
su veneno aún está fresco. Muerto y todavía letal. Tiro lo inservible y me giro
de vuelta hacia la Cornucopia. Light se
me acerca.
− No hay una mochila, una espada, varios
medicamentos, saquearon las trampas y se llevó un saco de dormir con unas gafas
nocturnas.
− ¿Crees que Seth escapó? –pregunto.
− Pues si no escapó entonces debe estar
tomando el té con el enemigo. Es un traidor –murmura.
Lo miro con incredulidad.
− íbamos a hacer lo mismo ¿recuerdas? –Le digo
–Solo que… él ya sabía que moriría y escapó a tiempo.
− La Alianza más corta –afirma él.
− ¿Crees que deberíamos hacer lo mismo? –pregunto
− Solo tendremos esta oportunidad –asegura Light
tomándome de la mano.
− ¿Y el plan? –pregunto
− Olvídate del plan, en cuanto Dan y Liam
lleguen van a masacrar a cualquiera que esté aquí –responde y toma dos
mochilas.
Yo tomo el carcaj, una red de manzanas. Un botiquín
grande de medicinas y armas. Cuchillos, espadas e incluso un hacha. Light se
ofrece a llevar las armas mientras yo llevo la tienda y los sacos de dormir.
Corremos pasada la luz del medio día lejos de
la Cornucopia.
Llegamos a uno de los bosques espesos que
cubren una de las montañas al sur. Nos situamos en una roca plana donde
colocamos la carpa. Veo desde aquí a la Cornucopia entre los árboles. Veo
correr a dos pequeñas personas. Dan y Liam. Están alteradas y la más pequeña, Dan,
está echando humo.
Somos unos traidores.
− Ya se dieron cuenta –digo.
− Por lo menos estamos lejos de sus garras –dice
Light.
Suspiro y me quito la chaqueta. La dejo a un
lado y cierro los ojos. Respiro profundamente. Necesito darme un baño.
− Light, ¿Aquí donde hay agua? –pregunto.
El parece sorprenderse. Y me señala botellas
llenas de agua. Niego con la cabeza. Él parece entenderme. Me señala unas
cuevas al oeste y una pequeña grieta.
− Allí hay una pequeña cascada subterránea.
Te aconsejo llevar un cuchillo por si acaso hay un animal –dice simulando sus
nervios. Sonrío a medias y camino a la grieta con un cuchillo en la mano.
Bajo con cuidado el pequeño acantilado
hasta llegar a una cueva grande. Veo la luz del crepúsculo asomarse a través de
la grieta que hay en el techo de piedra de donde cae una pequeña cascada.
Camino hacia ella con el cuchillo en mi mano. Hay un par de iguanas pero no
quiero correr riesgos, mato a una pero parecen inofensivas. Por ahora. Me quito
la ropa y la dejo a un lado mientras me sumerjo en la pequeña cascada. El agua
me cae en la cara y es relajante. Utilizo un poco de barro para limpiarme el
pelo y algo de savia también. Me quedo sentada bajo el pequeño flujo de agua un
rato con las rodillas abrazadas. Miro hacia la tenue luz esperando algo, un
cañonazo o algo que nos diga que tendremos una noche tranquila. Segundo día
pero siento que hubieran pasado años. Quiero irme a casa aunque eso
significaría volver a ver a Kirk, y con lo que ha pasado, no creo que le alegre
mucho verme. Miro el colgante de plata a un lado de mi ropa. Y me recuerdo que
es algo de Light, no de él. Dejó de serlo en cuanto supe que le pertenecía a
Light. Desde siempre pero hasta ahora lo reconocí.
Es increíble que ahora, cuando lo
tengo, no pueda apreciarlo completamente. Quisiera abrazarlo y besarlo pero no
puedo. Sería algo muy abrupto si lo ves como un televidente. Quizá podamos
hablar en la noche. La gente del Capitolio no puede quedarse despierta dos
semanas completas viendo los Juegos. En especial cuando las cacerías nocturnas
no dan mucho éxito. En algún momento tendrán que apagar sus televisores. Y
podré decirle algo. Pero antes tengo que ser sigilosa. Silenciosa.
Los Vigilantes nos mantienen en las
pantallas. Y sé que cada vez que Light y yo estamos solos, somos el centro de
atención. Por ahora puede que tengamos una noche tranquila.
Me salgo a regañadientes cuando la luz
se vuelve más oscura y me pongo mi ropa. Sacudo los mechones de cabello para
secarlo pero antes lavo la chaqueta. Guardo el colgante en el bolsillo de mi
pantalón y luego salgo de la grieta. Light ha hecho una fogata y está sentado
frente a ella con dos peces asándose en las llamas.
− Veo que mejoraste construyendo
fogatas pero… ¿no crees que es una llamada clara para los otros? –pregunto.
− Los Vigilantes pusieron niebla en la
parte baja. Quizá pueda ser alguna trampa para alguno de ellos –responde.
Miro la pradera de la Cornucopia
cubierta por una gran capa blanca. No se distingue nada. El objetivo deben ser
Dan, Liam y Seth. Me vuelvo hacia la fogata. Me siento al otro extremo y como
en silencio. Tomamos agua y luego
apagamos la fogata en cuanto la luz desaparece. La niebla sigue pero sería fácil
distinguir una fogata en la oscuridad. La temperatura empieza a aumentar. Dejo
mi chaqueta sobre una roca y me quito
las botas y los calcetines. Light hace lo mismo y me tiende un saco de dormir.
Me acuesto sobre el pero me quedo mirando a Light mientras prepara el suyo.
Quizá sea tiempo de hablar. Examino la carpa oscura, la tela es hermética pero
no parece tener ninguna cámara a la vista, examino el suelo cubierto y nada.
Empiezo a hablar.
− ¿No crees que es algo extraño el
estar así luego de todo lo que ha pasado?
Él me mira confundido mientras se acuesta
sobre su saco de dormir.
− ¿Te refieres al huir de Dan y Liam? –pregunta
− No –respondo esperando que no tenga
que ser tan explícita –ya hemos discutido de eso bastante… Es algo diferente.
Él parece entenderme y responde:
− No es que sea totalmente de mi
agrado pero tampoco es algo a lo que tengamos que sobreponernos a la carrera…
Son solo… pequeños requisitos para cumplir algo. Y sabes qué elijo. No podría
perder todo así de fácil y tan rápido, prefiero sobreponerme a algo hasta que
pueda mostrarlo.
Un silencio nos invade.
− No es que no pueda hacer lo mismo
que tú pero… el caso es que no quiero –digo –No ahora.
− Por esa razón es que seguimos aquí.
Es desafortunado pero por lo menos algo soportable –concluye él y me mira –Me alegra
que estemos aquí. No me agrada así.
Trato de ocultar mis emociones de
desespero tras una máscara invisible en mi rostro. Es casi imposible no poder
tenerlo ahí como lo tuve en el Capitolio. Es desagradable y horrible el no
poder hablar con nadie y reservarme lo que más me importa en este momento.
Un cañonazo nos perturba.
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