sábado, 26 de mayo de 2012

Capítulo XVI

Sé que me he demorado con esto pero estoy atareada de verdad... Lo bueno es que en una semana termino exámenes y en dos salgo a vacaciones. Entonces creo que el viernes de la otra semana ya estaré escribiendo normal.
Quizá escriba algo de Cato y Clove. Algo pequeño. He estado obsesionada con ellos desde que empecé a leer sus historias. Son geniales.
En fin, Disfrutad!


Liam no da ninguna señal, al final, Light y yo decidimos volver a la Cornucopia para comer algo y también ir preparándonos para cuando mueran otros Tributos. Quedamos 12, la mitad. No iremos en cuanto Dan o Seth estén muertos dejando a Liam lidiando con esto. Un golpe de suerte nos permitirá huir sin tener que matarlo a él también.
Llegamos a la Cornucopia y no vemos a Seth. Las provisiones están regadas todavía. Revueltas. Hay cosas destrozadas y alguna que otra arma rota. Corremos hacia el cuerno de oro y a tientas busco las flechas. Hay varias rotas pero supongo que no todas lo están. Light busca en su saco de dormir algo y suelta un suspiro de alivio al encontrarlo. Empezamos a organizar las provisiones y a poner todo en su sitio. Light hace el inventario mientras me deshago de las armas rotas y la comida pisoteada cerca de las ruinas.
Me cruzo con el cadáver del basilisco y veo que su veneno aún está fresco. Muerto y todavía letal. Tiro lo inservible y me giro de vuelta hacia la  Cornucopia. Light se me acerca.
− No hay una mochila, una espada, varios medicamentos, saquearon las trampas y se llevó un saco de dormir con unas gafas nocturnas.
− ¿Crees que Seth escapó? –pregunto.
− Pues si no escapó entonces debe estar tomando el té con el enemigo. Es un traidor –murmura.
Lo miro con incredulidad.
− íbamos a hacer lo mismo ¿recuerdas? –Le digo –Solo que… él ya sabía que moriría y escapó a tiempo.
− La Alianza más corta –afirma él.
− ¿Crees que deberíamos hacer lo mismo? –pregunto
− Solo tendremos esta oportunidad –asegura Light tomándome de la mano.
− ¿Y el plan? –pregunto
− Olvídate del plan, en cuanto Dan y Liam lleguen van a masacrar a cualquiera que esté aquí –responde y toma dos mochilas.
Yo tomo el carcaj, una red de manzanas. Un botiquín grande de medicinas y armas. Cuchillos, espadas e incluso un hacha. Light se ofrece a llevar las armas mientras yo llevo la tienda y los sacos de dormir.
Corremos pasada la luz del medio día lejos de la Cornucopia.

Llegamos a uno de los bosques espesos que cubren una de las montañas al sur. Nos situamos en una roca plana donde colocamos la carpa. Veo desde aquí a la Cornucopia entre los árboles. Veo correr a dos pequeñas personas. Dan y Liam. Están alteradas y la más pequeña, Dan, está echando humo.
Somos unos traidores.
− Ya se dieron cuenta –digo.
− Por lo menos estamos lejos de sus garras –dice Light.
Suspiro y me quito la chaqueta. La dejo a un lado y cierro los ojos. Respiro profundamente. Necesito darme un baño.
− Light, ¿Aquí donde hay agua? –pregunto.
El parece sorprenderse. Y me señala botellas llenas de agua. Niego con la cabeza. Él parece entenderme. Me señala unas cuevas al oeste y una pequeña grieta.
− Allí hay una pequeña cascada subterránea. Te aconsejo llevar un cuchillo por si acaso hay un animal –dice simulando sus nervios. Sonrío a medias y camino a la grieta con un cuchillo en la mano.
Bajo con cuidado el pequeño acantilado hasta llegar a una cueva grande. Veo la luz del crepúsculo asomarse a través de la grieta que hay en el techo de piedra de donde cae una pequeña cascada. Camino hacia ella con el cuchillo en mi mano. Hay un par de iguanas pero no quiero correr riesgos, mato a una pero parecen inofensivas. Por ahora. Me quito la ropa y la dejo a un lado mientras me sumerjo en la pequeña cascada. El agua me cae en la cara y es relajante. Utilizo un poco de barro para limpiarme el pelo y algo de savia también. Me quedo sentada bajo el pequeño flujo de agua un rato con las rodillas abrazadas. Miro hacia la tenue luz esperando algo, un cañonazo o algo que nos diga que tendremos una noche tranquila. Segundo día pero siento que hubieran pasado años. Quiero irme a casa aunque eso significaría volver a ver a Kirk, y con lo que ha pasado, no creo que le alegre mucho verme. Miro el colgante de plata a un lado de mi ropa. Y me recuerdo que es algo de Light, no de él. Dejó de serlo en cuanto supe que le pertenecía a Light. Desde siempre pero hasta ahora lo reconocí.
Es increíble que ahora, cuando lo tengo, no pueda apreciarlo completamente. Quisiera abrazarlo y besarlo pero no puedo. Sería algo muy abrupto si lo ves como un televidente. Quizá podamos hablar en la noche. La gente del Capitolio no puede quedarse despierta dos semanas completas viendo los Juegos. En especial cuando las cacerías nocturnas no dan mucho éxito. En algún momento tendrán que apagar sus televisores. Y podré decirle algo. Pero antes tengo que ser sigilosa. Silenciosa.
Los Vigilantes nos mantienen en las pantallas. Y sé que cada vez que Light y yo estamos solos, somos el centro de atención. Por ahora puede que tengamos una noche tranquila.
Me salgo a regañadientes cuando la luz se vuelve más oscura y me pongo mi ropa. Sacudo los mechones de cabello para secarlo pero antes lavo la chaqueta. Guardo el colgante en el bolsillo de mi pantalón y luego salgo de la grieta. Light ha hecho una fogata y está sentado frente a ella con dos peces asándose en las llamas.
− Veo que mejoraste construyendo fogatas pero… ¿no crees que es una llamada clara para los otros? –pregunto.
− Los Vigilantes pusieron niebla en la parte baja. Quizá pueda ser alguna trampa para alguno de ellos –responde.
Miro la pradera de la Cornucopia cubierta por una gran capa blanca. No se distingue nada. El objetivo deben ser Dan, Liam y Seth. Me vuelvo hacia la fogata. Me siento al otro extremo y como en silencio. Tomamos agua y  luego apagamos la fogata en cuanto la luz desaparece. La niebla sigue pero sería fácil distinguir una fogata en la oscuridad. La temperatura empieza a aumentar. Dejo mi chaqueta sobre una roca  y me quito las botas y los calcetines. Light hace lo mismo y me tiende un saco de dormir. Me acuesto sobre el pero me quedo mirando a Light mientras prepara el suyo. Quizá sea tiempo de hablar. Examino la carpa oscura, la tela es hermética pero no parece tener ninguna cámara a la vista, examino el suelo cubierto y nada. Empiezo a hablar.
− ¿No crees que es algo extraño el estar así luego de todo lo que ha pasado?
Él me mira confundido mientras se acuesta sobre su saco de dormir.
− ¿Te refieres al huir de Dan y Liam? –pregunta
− No –respondo esperando que no tenga que ser tan explícita –ya hemos discutido de eso bastante… Es algo diferente.
Él parece entenderme y responde:
− No es que sea totalmente de mi agrado pero tampoco es algo a lo que tengamos que sobreponernos a la carrera… Son solo… pequeños requisitos para cumplir algo. Y sabes qué elijo. No podría perder todo así de fácil y tan rápido, prefiero sobreponerme a algo hasta que pueda mostrarlo.
Un silencio nos invade.
− No es que no pueda hacer lo mismo que tú pero… el caso es que no quiero –digo –No ahora.
− Por esa razón es que seguimos aquí. Es desafortunado pero por lo menos algo soportable –concluye él y me mira –Me alegra que estemos aquí. No me agrada así.
Trato de ocultar mis emociones de desespero tras una máscara invisible en mi rostro. Es casi imposible no poder tenerlo ahí como lo tuve en el Capitolio. Es desagradable y horrible el no poder hablar con nadie y reservarme lo que más me importa en este momento.
Un cañonazo nos perturba.


No hay comentarios:

Publicar un comentario