jueves, 24 de mayo de 2012

Capítulo XV

Ola Tributos! Lamento no haber subido nada ayer... Estoy en exámenes bimestrales y necesito con desesperación tener buenas notas si no quiero quedarme a recuperar. Así que durante estas dos semanas no podré tener tiempo para escribir aparte que me controlan el wi-fi. Bueno aquí el capi.. Disfruten!

 Liam se ofrece para la guardia.
Salimos con algunas linternas. Nos dividimos en dos parejas. Dan y Light. Seth y yo. Light protesta al principio pero luego accede. Ellos se marchan por el riachuelo. Seth y yo nos vamos por las ruinas a buscar al chico del 10, responsable de la muerte de Hilly. Seth lleva una espada grande y yo el arco y un carcaj por si acaso. Está oscuro y llevamos unas gafas especiales para ver en la oscuridad. El paisaje es extraño, columnas de piedra, paredes casi completas, letreros, restos de casas y otras cosas. Esto es el paredón.
Me quedo en silencio y cargo el arco. Seth se queda a mi lado y nos ponemos en medio de una pradera. El silencio es sepulcral. Un ligero viento nos golpea en la cara y es cuando escucho pisadas.
Apunto con el arco hacia una de las ruinas. Seth camina con ligeros pasos hacia el lugar y veo al chico del 10. Tiene un pequeño cuchillo. Nada de qué preocuparse. Consigo hay una mochila de color negro. Está dormido. Está oscuro así que lo único que veo es su corto pelo y sus facciones grandes.
Nos quedamos quietos.
Un momento de suspenso antes de la muerte. La gente debe estar pegada de la pantalla.
En ese momento aparece un muto. El chico del 10 se sobresalta justo antes de que Seth le corte la cabeza con la espada. Suena el cañonazo, tomamos su mochila y empezamos a correr.
El muto es una mezcla de una serpiente y un puercoespín. Sus 4 pares de patas son escamosas y grandes. Tiene una lengua de serpiente que saca una sustancia viscosa; sus grandes espinas tienen una espacie de veneno brillante que se ve incluso en la oscuridad, sus ojos quieren sangre y es de nosotros. Disparo la flecha que tenía preparada pero solo se desintegra en cuanto toca su piel.
− ¡Un basilisco venenoso! ¡Corre! –grita Seth. Empezamos a correr dando largas zancadas.
El prado se empieza a hacer largo en cuanto nos acercamos a la Cornucopia. Me siento atrapada y con la adrenalina al máximo.  Estoy segura que estamos por llegar al riachuelo cuando una trampa cae sobre nosotros.
− ¡Mierda! –gruño y me percato que Seth se ha salvado de la trampa.
Hago silencio en cuanto escucho al basilisco estar cerca de mí. El pasto es muy alto y me oculta sin embargo si da un paso más. Estoy muerta.
Cierro los ojos y contengo la respiración. Me quedo como una estatua. Esperando un rasguño o lo que sea pero en su lugar hay un gruñido grotesco proveniente de la criatura a mi espalda.  Esta cae a mi espalda.
− ¡¿Estas bien?! –la voz de Light me coge desprevenida.
− Sí –mi voz es ronca –Estoy bien.
− ¡¿Qué era esa maldita cosa?! –escucho la voz de Dan en alguna parte.
− Un basilisco venenoso –responde Seth.
Light corta la red y me ayuda a levantarme. Me abraza fuertemente mientras suelto un suspiro de alivio.
− ¿Un basilisco? –pregunta Dan
− Son monstruos, mutos, creados en el Capitolio. Son extremadamente venenosos y letales. Su veneno está impregnado en cada una de sus extremidades y es letal. Te quema la piel y te la infecta. No es muy amigable tampoco –responde Seth.
Dan resopla y hace un sonido de asco cuando nos ve a Light y a mí abrazados. Ella y Seth empiezan a marcharse. Yo empiezo a caminar junto con Light. Él me ayuda en la zona de ruinas. Llegamos a la Cornucopia. Dan y Seth van junto a Liam quien parece emocionado por los detalles. Light insiste en llevarme a la pequeña cascada. Lleva una mochila llena de medicinas y me carga. Lo miro fijamente hasta llegar a la cascada.
Me deja sobre una roca y me quedo mirando la cascada. Quisiera apartarnos de todo y besarlo pero tengo que hacer como si hasta ahora empezara a surgir algo.
− Gracias por salvarme –digo.
− Déjame verte –responde mientras me limpia una pequeña herida en mi frente. Lo miro de nuevo.
Me percato que tiene el brazo ensangrentado. Toco rápidamente su herida y él suelta un gruñido.
− ¡Por Dios! ¿Qué te pasó? –pregunto alarmada.
− Dan iba a capturar a un Tributo. No sé cuál. Una chica, creo y lanzó un cuchillo –se ríe entre dientes –No tiene buena puntería así que…
− Déjame vendarla –pido. El objeta pero tomo su brazo y le limpio la sangre, le aplico un poco de spray para evitar la infección y luego la vendo.
Corto la venda con un cuchillo y luego la guardo en la mochila. Me quito las botas y sumerjo los pies en el agua helada del riachuelo. Cierro mis ojos pensando que nada de hoy es real. Maté a chicos inocentes. Sin piedad. La gente del Capitolio debe estar amándome y los Distritos odiándome. Salvo el mío –pienso.
− ¿Te encuentras bien? –pregunta Light a mis espaldas
− No realmente –respondo. No puedo decirle que me siento mal por haber matado a alguien, me rastrearían y me matarían con alguna de sus trampas. No es conveniente.
− ¿Quieres hablar de ello? –insiste él.
Suspiro buscando alguna cosa que decirle.
− Nunca… pensé que pasaría esto –digo.
− Nadie lo hizo, Ivy –responde acomodándose a mi lado –Esa es la idea. Somos cazadores. Sobrevivientes. No podemos permitirnos pensar. Solo actuamos.
Lo miro y él hace lo mismo. Sus ojos me dicen que sus palabras no le pertenecen. El Light que me quiere, el chico dulce, permanece allí. Solo que no puede salir por completo.
Quiero que salga ya. Una voz, la de Dima me dice: Es muy pronto. Pero los Juegos son tan impredecibles que puede que esta noche estemos y mañana quizá no. La vida es impredecible. Y también lo que voy a hacer.
− Entonces… actúa –digo.
Nos acercamos poco a poco.
− No es tiempo –susurra Light antes de darme un beso en la mejilla.
Miro la piedra destrozada. Un vacío interno.
Light se levanta y empieza a caminar hacia la Cornucopia. Unos cuantos pasos y se detiene en seco. Se vuelve y me mira arrepentido. Sé que ya no hay cámaras. Debe estar pasando algo más interesante. Pare tan distante que duele.
Los Juegos cambian todo y nada.

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