Disfruten!
Duermo sin sueños esa noche. Nada más que una
profunda oscuridad que me hace pensar que estoy muerta. Carmel me levanta y me
obliga a bañarme. Tengo que pasar con ella hasta el medio día que estaré con
Dima para la entrevista.
Me baño y salgo en una bata de seda rosa.
Carmel trae consigo un millar de corsés y trajes de colores fosforescentes,
tacones de quince centímetros y pelucas. Me indica cómo ponerme uno de los
corsés que sirve para resaltar mis curvas. Me coloca un vestido de colores
brillantes y unos tacones altos. Trato de caminar pero los primeros pasos son
difíciles. Luego mantengo el equilibrio
y camino normal. Carmel aplaude y me felicita. Pasamos a los modales. Me
siento derecha, camino con gracias, digo palabras educadas y luego la prueba de
fuego es en el almuerzo. Nos sirven un plato de pasta con salsa en camarones y
un vaso de jugo de bayas. Como normalmente, tengo buenos modales así que Carmel
luego me deja ir. Me coloco un vestido de color arena suelto con unas sandalias
doradas y voy donde Dima.
Ella solo me pide no mencionar absolutamente
nada de mi relación con Light. Es mejor si se desarrolla poco a poco en la
arena. Me pide ser yo misma. No ser arrogante ni nada por el estilo. Eso no
ayuda con los patrocinadores. Me pide mencionar cosas como mis emociones y lo
que me pregunte Zacharie responda con sinceridad. No me cruzo con Light en
ningún momento. Llega mi equipo de estilistas junto con Melanie quien trae un
montón de ropa dentro de bolsas negras.
Me empiezan a maquillar, me piden que cierre
los ojos mientras me preparan. Trato de relajarme pero me empiezan a arreglar
de nuevo las cejas. Esta será la última vez que me maquillarán. Mañana ya
estaré en la arena y tendré que vivir y ganar junto con Light. Dima me mencionó
que van a esperar a los ocho últimos para dar el anuncio de los dos vencedores.
Así todo será más sorpresivo.
Melanie me pide que abra los ojos. Tengo
aplicado delineador dorado. La pestañas con mascara. Los labios pintados
ligeramente con un tono rosa. Mi pelo tiene una diadema de oro y está ondulado.
Tengo varias gemas doradas pegadas en mi hombro derecho y un vestido de
tirantes blanco y zapatillas de ballet cristalinas. Unos pendientes de
diamantes cuelgan de mis orejas. Sonrío.
−Gracias –digo –Es lo más hermoso que he
visto.
− Sabía que te gustaría –responde.
Dima llega y me lleva hasta la fila de
Tributos para la entrevista. Liam trae un traje azul eléctrico y el pelo
despeinado. Dan está preciosa; tiene un peinado alto, un vestido naranja con
tela vaporosa. Me hago delante de ellos y espero a Light. Él parece algo
furioso. Trae un traje negro con una corbata plateada. Su pelo está desordenado
pero se ve bien. Siento cosquillas en el estómago y miro al suelo. Light se
hace detrás de mí. Llegan el resto de Tributos. Saludo a Seth y a Hilly. Ambos
vestidos de azul. Vemos en unos monitores que el programa empieza Zacharie
aparece con un traje plateado, mechones amarillos y delineador color humo. Hace
un pequeño resumen de todo lo que ha pasado en estas semanas. Hace alusión al
Show de Talentos y el Desfile. No menciona las puntuaciones, mejor. Una avox me
indica mi turno y salgo para mi entrada.
−Bueno, ella nos ha impactado con sus
puntuaciones y sus múltiples facetas. ¡Damas y Caballeros, desde el Distrito 1:
Ivy Aurum, La Bailarina de Diamantes!
Camino lentamente, subo a la plataforma donde
hay dos sillones, uno para Zacharie y otro para el Tributo. La gente aplaude y
grita. Una gran bienvenida. Zacharie me da la mano y me siento.
− Bienvenida Ivy. Nos alegramos de tenerte
aquí –dice Zacharie
− Gracias, es un honor el estar aquí –respondo
con una sonrisa.
− ¿Cómo te ha parecido el Capitolio? Me ha
gustado la emoción de los chicos al llegar siempre a la capital.
− En realidad, todo es muy hermoso. Bastante
colorido y la comida es deliciosa –respondo.
− Eso te lo aseguro –el ríe.
− Me gusta mucho los trajes –digo.
− A mí me fascinaron especialmente los tuyos.
Captaron demasiado bien tu Distrito. El lujo no es cualquier cosa. Sus Tributos
tampoco –la gente aplaude.
− La verdad, es que creo que somos como
cualquiera. Todos trabajamos por nuestro país. Luchamos por mantenernos unidos
y tratamos de hacer todo lo mejor posible –respondo –No me considero en nada
especial.
La gente hace un sonido. Yo sonrío.
− Y tú
¿A quién consideras especial? –pregunta Zacharie.
Vida amorosa, hora de evadir el tema.
− De hecho… solo a… mi madre.
− ¿La Alcaldesa verdad?
− Sí
− ¿Fue duro para ella dejarte marchar?
Aparece un nudo en mi garganta.
− Sí. Yo… prometí volver –digo –Y lo haré.
− Seguro que sí –dice Zacharie. Me da la mano
y nos levantamos. Me da un beso en la mejilla.
-¡Damas y caballeros, La bailarina de Cristal!
La gente aplaude eufórica. Salgo del escenario
y luego me encuentro con Dima, hace un gesto de aprobación y me dirige a otra
sala mientras esperamos a Light.
Light es gracioso y muy alegre. Habla de lo
extraño que es ver un arcoíris siempre y de cómo es un peligro cada baño de
sustancias espesas para los Tributos. Zacharie menciona su participación en el
Show. Light solo dice que es bueno afinar el arte. Menciona que somos amigos
con un tono cortante pero creíble. Terminan las bromas y luego Zacharie
pregunta por qué se ofreció como voluntario. Light responde:
− Solo quería demostrar algo –dice.
Se levantan y termina la entrevista. Nial lo
recibe y nos vamos a nuestro piso. Cenamos haciendo algunas bromas sobre el
traje de Carmel quien se enfurece. Nial nos da los últimos consejos y nos pide
que en cuanto suene el gong corramos a la Cornucopia y nos hagamos con
suministros. Dima nos dice que nos aliemos con los otros Profesionales. Y que,
al cabo de una semana o menos nos separemos juntos. Nos hace referencia a
nuestro romance “en desarrollo” y de no abrir la boca en cuanto a los
vencedores.
Ambos asentimos y nos vamos a nuestras
habitaciones. Le doy un beso a Light antes de irme a mi habitación.
− Nos vemos mañana –digo.
− Adiós
Tomo unas pastillas para dormir y me rindo
ante el sueño. Me atacan los nervios pero sé que ya todo es inevitable.
Despierto cargada de energía. Carmel me deja
mi uniforme de los Entrenamientos. Veo a Dima la última vez.
− Recuerda, sobrevive junto con Light –dice.
− Lo haré –respondo.
En ese momento llega el Aerodeslizador, subo
con cuidado y me siento. Una mujer de pelo fucsia y tatuajes negros en el
rostro. Me sostiene el brazo izquierdo.
− Es tu rastreador Ivy. Quédate quieta –dice
antes de clavarme una gran aguja en el antebrazo de donde sale un pequeño
aparato titilante.
Hago una mueca y luego suspiro. Me quedo
quieta hasta que llegamos al corral. El último sitio antes de ir a la arena. Me
quedo con Melanie quien me da un batido y un panecillo. Como sin ganas. No
quiero pensar en nada. Necesito coger un arco, una espada o algún cuchillo y
matar a la mayor cantidad de Tributos. Luego reunirme con los demás.
Melanie da unos pantalones color tierra, una
camisa de tirantes negra y una chaqueta impermeable verde oliva. Me dan unas
botas cafés que me llegan hasta la rodilla. Melanie me da un dije de diamante
en forma de L. Me recuerda a mi hogar y a Light. Me lo cuelgo dentro de la
chaqueta.
−Gracias –digo y la abrazo –Recuerda tu
promesa –susurro
− Y tú la tuya. Estaré viéndolos –dice
Asiento nerviosa. Quedan diez segundos para
estar en los tubos. Contengo las lágrimas y camino hacia este. Le doy una
última mirada a Melanie quien está llorando. Me despido y el tubo empieza a
ascender.
Pasan unos cinco segundos. Una brisa cálida me
azota la cara. Llegamos todos a la arena. Un espacio despejado pero caluroso.
Un humedal lleno de ruinas de mármol. La Cornucopia está en el centro a unos
cuarenta metros de cada plataforma. Veo gran cantidad de suplementos. Comida y
mochilas. Más cerca de la Cornucopia están las armas. Hay tres arcos y cuatro carcaj
llenos de flechas. Hay un cuchillo de hoja curvada perfecto para mí, hay
espadas grandes, lanzas y cuchillos. Hay un hacha en alguna parte y también un
tridente de mano. Localizo a Liam, a dos Tributos al lado derecho de mí. Lo
miro y él asiente. Miro alrededor y veo a Light, a unos ocho Tributos de mí. Me
mira y me guiña el ojo. Señala con la cabeza los arcos. Yo asiento.
La voz de uno de los Vigilantes me llena los
oídos.
− ¡Damas y caballeros, que empiecen los
Décimos Juegos del Hambre!
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