Llegamos a una sala desconocida, con grandes
azulejos blancos e iluminada. Hay dos sofás oscuros en los que se encuentran
Nial, Rya, Colt, el estilista de Light y varios hombres incluyendo a Merallo
Allutiful, el Vigilante en jefe de los Juegos. Dima me indica un asiento entre
Nial y Rya. Todos me miran hasta que me siento. Miro a Rya y me es extraño
verla sin tanto maquillaje. Vestida sencillamente con un vestido blanco hasta
los tobillos. Supongo que será su look para esta noche.
Nial es el primero en hablar.
− Bueno, Ivy, te trajimos aquí porque sabemos
que estas al tanto de nuestros planes –me dice. Señala a los hombres y a
Merallo –Ellos son parte de nuestro plan. Merallo ha convencido a Aurellius de
que este año, por ser los Décimos, se hagan también, un ligero cambio en las
reglas. Pero todo depende de lo que se demuestre hoy en el Show de Talentos.
Todo depende de ustedes.
Lo miro confundida. ¿Cómo Merallo puede estar
de acuerdo con este juego? Y ¿Aurellius? El mismo hombre que mató a mi padre y
convirtió a mi hermano en lo que es ahora es ¿un hombre compasivo y tolerante?
− ¿Cuánto llevan planeando esto? –pregunto.
Esto no fue planeado en la última semana.
− Desde los quintos. Hay mucha revolución
presente todavía. La mayoría aún no ha superado totalmente los episodios de los
Días Oscuros y ver a sus chicos morir desde hace diez años es algo que está
reavivando las llamas de la revolución. Por lo que este año hemos tratado de
calmarlas un poco –dice Merallo.
− ¿Y cómo piensan hacer eso? –pregunto
cruzándome de brazos.
− Hemos hablado con varios patrocinadores y
con el círculo de confianza de Aurellius. Todos están de acuerdo en hacer que
dos Tributos sean los vencedores. No necesariamente del mismo Distrito pero
tendrán que ser un chico y una chica obligatoriamente –responde Dima.
−Ahí es donde entran Light y tú –añade Nial.
− Sabemos que ambos tienen una relación más
allá de todas. Los dos se quieren demasiado. Desde pequeños –comenta Rya.
Este comentario me asombra. No había hablado
con nadie mi vida. En especial de mi relación con Light salvo con Loren. Aunque
él no podría contar nada así quisiera. Light, tal vez lo haya hablado con Nial
y él con Dima y Rya, pero… no creo que hayan sabido de nuestra infancia ni
mucho menos.
Miro aquellos ojos color marrón con brillos
ámbar y sigo preguntándome dónde los he visto antes. Nadie dice nada,
seguramente piensan que es bueno dejarme procesar todo, aunque eso ya pasó hace
unos días.
Un recuerdo me invade.
Corro por la
fábrica, está llena de gente grande. Jugamos a escondernos y es mi turno. Río
muy fuerte y me tapo la boca. Es divertido jugar. Mi hermano nunca tiene tiempo
y papá tampoco. Pero tengo a Light, es pequeño, como yo. Pero tiene casi
siempre el mal hábito de hacerme trampa y eso no me gusta. Pero sí me gusta
jugar, entonces juego con él.
Nuestros
hermanos están juntos. Son más que amigos me ha dicho Loren, dice que yo
también tendré unos cuando sea grande. Pero quizá Light y yo ya somos lo que
ellos son. Es muy confuso, por eso no pienso en ello.
La hermana
de Light es la compañera de mi hermano, tiene ojos marrones. Son algo extraños,
tienen algo de naranja o amarillo en ellos. Son extraños pero me gustan. Light
también los tiene así. Ambos tienen el pelo amarillo, pero no como el sol, es
algo más oscuro. Ella se llama Melanie, y siempre está en la zona de lupas, es
donde se revisan aquellas piedras brillantes que se cargan en un gran tren. Siempre
me escondo allí. Debajo de un escritorio. Corro más rápido y llego a esa sala
gigantesca. Corro donde está Melanie. Tiene el pelo recogido, como yo. Pero
trae un delantal gris. Me esconde y yo me rio otra vez. Sus ojos me
inspeccionan y se le cae una piedra brillante. Es de color naranja, ella me
dice que se llama ámbar. La tomo y la miro a los ojos, sus líneas naranjas son
como esa piedra brillante.
Ámbar.
−Tenemos que contarte algo más Ivy –dice Colt.
Yo lo miro, es de piel oscura y su pelo es de un azul eléctrico, trae un traje
metálico y zapatos color ceniza. –Ya sabemos que encontraste a tu hermano,
Loren –trago saliva y abro los ojos. ¿Cómo supieron que era mi hermano?
−Él está bien. Nadie más lo sabe. Pero él no
es la única persona que conoces que está aquí –me dice Rya. La miro de nuevo y
encuentro la simetría más perfecta del mundo.
Mi rostro empieza a reflejar sorpresa. Un
espiral de recuerdos llega. La tarde lluviosa cuando partieron mi padre y mi
hermano hasta aquí. Su llegada en aquella caja de madera. Mi mudanza. La imagen
de Melanie llorando. La soga ensangrentada de su “suicidio” y Light. En casi todas. Y por fin todo tiene sentido.
Rya es Melanie Dialland, la hermana mayor de Light.
Se
me forma un nudo en la garganta y ella lo entiende. Me sonríe y yo me quedo
petrificada. Todos piensan que ella estaba muerta. Light… él…
−
¿Cómo…tu…cómo…estás…Light… Loren? –balbuceo buscando la pregunta correcta.
Ella
sonríe. Todos se marchan de la habitación hasta que solo quedamos Rya –Melanie
–y yo. No sé qué pensar ni qué decir. Esto se ha convertido en más un juego
mental que de supervivencia.
Ella
empieza su relato.
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