lunes, 21 de mayo de 2012

Capítulo X

Bueno acabo de llegar y como les dije, pude adelantar bastante el fin de semana. Estoy escribiendo el capi 15. Pero creo que se los dejaré para más tarde XD. Bueno ahora subiré el 10, 11 y 12. Ahora el 10. El 11 en una hora y el 12 a las 7. pm hora Colombia.
Espero que lo disfruten!

−Buenas Noches –dice luego de un rato
−Descansa –le doy un último beso antes de caminar de vuelta a mi habitación con una sonrisa en mi rostro.
Me acuesto y la felicidad se vuelve pesadilla…
Me siento atrapada en medio de un laberinto. Es solo un montón de ruinas. No veo a nadie. Estoy absorta a cualquier cosa y por alguna razón, tengo miedo. Alguien me sigue.
Miro alrededor jadeando de pánico. Me duele todo el cuerpo y cuando miro mis piernas, están sangrando, llenas de vidrios cortantes que se incrustan a través de mi piel. Caigo con un grito de dolor atascado en la garganta. ¿Qué demonios pasa?
Unos pasos me disturban, son grandes pisadas sobre la tierra seca del laberinto. Me giro aún con la sangre en mi piel y veo el rostro de Kirk. Lleno de odio. Tiene un pedazo de espejo en su mano. Uno de los de mi vestido de bailarina. Me mira con los ojos húmedos, levantando su arma hacia mí.
−Perdóname –susurra llorando.
Cierro los ojos esperando el filo del espejo pero solo hay una brisa. Abro los ojos y estoy en otro sitio. En la vía del tren que conecta el Distrito 1 con el Capitolio. Miro a ambos lados y permanezco en silencio. Un tren se acerca, es viejo, está oxidado y es de mi Distrito. El tren se acerca lentamente hacia mí. Hay un aire viejo en todo esto.
Detallo un poco más en el vagón trasero. Hay gente allí. Escucho sus gritos y sus voces. ¿Será que…?
Una voz sobresale de las demás cuando el tren pasa frente a mí. La de mi padre.
Sin pensarlo corro detrás del tren. Con una mano alzada buscando alcanzar algo que ni siquiera es real. El tren acelera y entre más se acercan al Capitolio, los vagones se impregnan de sangre y se escuchan gritos de dolor. El viento se ha convertido en mi enemigo. No me deja avanzar y está desmaterializando el metal como si fuera arena, y a las personas de igual manera.
− ¡Papá! –grito pero no puedo hacer nada. El viento se vuelve manos transparentes que me sientan en la vía. Mirando el espectáculo mortal y macabro, producto del miedo.
Mi padre se gira hacia mí. Su silueta es apenas visible. Levanta una mano antes de ser ejecutado por el viento.
− ¡Ivy! –grita antes de dejarme sola. De nuevo.

Despierto de golpe. Las sábanas blancas están mojadas. Tengo sudor en la frente y los músculos adoloridos. Miro el reloj. Siete y dos. Suspiro y sumerjo mi cara de nuevo en las almohadas antes de resignarme a levantarme. Me doy una ducha por una media hora tratando de quitar cualquier recuerdo relacionado con mi reciente pesadilla. Me siento bajo el flujo de agua tibia y de aroma a naranjas con los brazos abrazando mis piernas y la cara sobre las rodillas. Pienso en mi pasado un minuto. En cómo corría en las salas silenciosas de la Verificación de Diamantes, con aquel vestido color rosa y las zapatillas brillantes con rubíes. De la casa grande con columnas de mármol del abuelo. De la pequeña escuela a la que asistía en el sur. A mi hermano feliz, comiendo las galletas de bayas que preparábamos juntos.
Un millar de recuerdos que quizá nunca volverán en los siguientes tres o dos días.
Hoy es el día del Show de Talentos y de las sesiones Privadas con los Vigilantes, tiempo de exponer nuestros talentos en las armas y artísticos.
Golpes sordos suenan en mi puerta y me levanto de la ducha. Me coloco una gran toalla verde marino y me sacudo los cortos mechones de pelo mojado. Salgo y encuentro un uniforme para presentarnos con los Vigilantes. Tiene un número 1 en la espalda. Me lo coloco y salgo al comedor. Veo a Light y a Rya. Ambos parecen preguntarse muchas cosas el uno del otro. Me causa curiosidad pues la relación con Light ha cambiado demasiado desde la Cosecha y Rya, bueno, ella es bastante misteriosa. No se había parecido en días así que es algo raro verla aquí.
Los dos me miran en cuanto me siento en la mesa y tomo un panecillo. Loren, mi hermano avox entra con la chica rubia de la vez pasada y me sirven un bol con cereal, una copa de frutas y un batido de apariencia extraña. Como todo en silencio y miro a Light de vez en cuando. Él me sonríe y yo me ruborizo. Ya es acabado el desayuno cuando Dima y Nial se aparecen. La primera medio sonríe pero aún parece intimidada por nuestro enfrentamiento de anoche. Nial por su parte parece feliz y confiado.
Nos encontramos con Carmel en los elevadores antes de llegar a los Centros de Entrenamiento. Nos reunimos y nos sentamos juntos. Light y yo nos tomamos de las manos, los demás no parecen darse cuenta de mucho. Pensarán si acaso que estamos nerviosos o somos muy buenos amigos. Liam, Dan, Seth y Hilly se unen a nosotros. Conversamos un poco sobre nuestra vida en cada uno de los Distritos. Dan trabajaba en la Cantera junto con su hermano menor. Su padre es un Agente la Paz y su madre es maestra en la Academia de Profesionales. Seth y Hilly, pescaban, siempre competían en el agua. Todos tenían una vida a parte. Los únicos en reservase sus vidas somos Liam, Light y yo. No tenemos mucho de qué hablar salvo de nuestra sentencia de muerte.
Me llaman. Light me aprieta más la mano y yo sigo. Miro de reojo a los demás Tributos. Los más débiles son los del 6 y del 12. No parecen muy bien alimentados. Entro a la gran sala. Veo cuchillos, hachas, camuflaje, muñecos para tiro. Hay un grupo de hombres con capas oscuras mirándome. Hay tragos y comida pero por ser la primera, todos están sobrios y atentos.
Camino hasta posarme en frente de ellos.
−Ivy Aurum. Distrito 1 –me presento. Ellos asienten y me señalan el aula llena de armas.
Me dirijo a la zona de tiro con arco. Tomo el arco y una espada ligera antes de empezar a correr a través de una pista de obstáculos. Corto algunos muñecos y otros les doy en la cabeza. Finalmente termino lanzando unos cuchillos a unos muñecos en movimiento. Fallo en tres de cinco. No muy bueno. Pero finalmente salgo con la cabeza en alto y me encuentro con Carmel quien me indica que es hora de practicar el baile antes de esta noche. La calificación se dará luego del Show acompañada de los puntos que obtuvimos en este. Insisto en quedarme para esperar a Light quien sale con una actitud de superioridad. Nos sonríe y luego se encoje de hombros.
− ¿Qué? Me dijeron que demostrara una personalidad dura –responde entes de descender a través del elevador a la planta de prácticas.
Vemos a Lila en frente de nuestra sala. Ella nos dirige una mirada. No la hemos visto desde aquella tarde en ese depósito. Nos pide cambiarnos y practicar con el traje de esta noche. Escuchamos a los demás llegar lentamente mientras hacemos nuestro baile. Lila se sienta en un rincón a observarnos. Logramos hacer el último giro sin dificultad. Me río justo al final y eso parece disgustarle a Lila. Me mira con frialdad.
− Bueno, eso estuvo… bien –su tono es cortante, su cara refleja la más clara decepción.
Me enfurezco.
− ¿Cuál es tu problema? –pregunto enojada. Light me sostiene del brazo. -¡¿No es acaso suficiente para ti que tengamos que ir a una maldita arena a morir para que tú, desde tu casa, veas a cada de nosotros sufrir?¡
− Ivy… -empieza Light.
− ¡No! ¡Estoy cansada de que mi destino lo decidan un par de fenómenos sádicos como ella! –lo corto señalando a Lila, quien agacha la cabeza y parece llorar –Déjame hacer lo que yo quiera por lo menos mis últimos días.
Me largo y doy un portazo.
Camino hacia un pasillo claro lleno de sillas metálicas. Me siento en una y trato de calmar mi ira. Empiezo a marcar los segundos con mi pie y a respirar hondo. De repente me pongo a escuchar pasos cercanos.
− Light, no tengo ánimos para esto –digo.
− Vengo para hablar –es la voz de Dima. La miro y siento que la furia regresa.
− ¿Qué quieres? –pregunto en un gruñido.
− Hablar –responde. Yo entrecierro los ojos –Mira, sé que no hemos tenido la relación más honesta de todas. Y en parte ha sido por mí pero, lo único que quiero es hablar y responder todas tus dudas. No más secretos.
Su idea es tentadora en muchos sentidos. Además ¿qué puede quedar de esos secretos cuando esté muerta en dos semanas? Tal vez menos.
−De acuerdo –respondo.
Eso es bueno. Nada de secretos.

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