martes, 15 de mayo de 2012

Capítulo V

Como tengo el día libre, creo que subiré el capítulo 6 también en la noche. Mañana no creo poder adelantar mucho porque tengo salida con mi colegio y muchas cosas que hacer. En fin, aquí se los dejo, que lo disfruten


La idea de Rya sobre el desfile es asombrosa. Tengo un vestido blanco largo con incrustaciones de cristal desde el pecho hasta la cintura, como un diamante. Una corona de plata me cubre la frente. Rya me ha aplicado un poco de dorado sobre mis párpados y un labial que ha dejado mis labios como cristales. Soy un auténtico lujo.
Rya sonríe y me lleva hacia donde están los demás Tributos. Algunos trajes son interesantes, como los vestidos escamosos del 4, los trajes de parches de diferentes texturas del 9 y los patrones de rayos del 6. Otros, son más bien corrientes, como los mineros del 12, los vaqueros del 10 y los atuendos metálicos del 3. Miro a mi alrededor buscando a Light, al final lo veo con un atuendo similar al mío. Una camisa blanca con cristales, un pantalón dorado y la corona sobre su pelo rubio. Está acompañado de Dima y Nial. Quienes nos piden que saludemos entusiasmados a la gente, eso significaría ganar algún patrocinador. Ambos asentimos y nos subimos a nuestro carruaje, los dos caballos blancos aumentan más la visión de que somos diamantes. Diamantes a punto de brillar.
La cuenta regresiva empieza y sale nuestro carro. La gente del Capitolio se vuelve loca y empiezan a gritar de emoción. Finjo estar alegre y saludo con ganas a la gente. Miro las pantallas y veo que somos el centro de atención. Light me coge de la mano y yo la suelto. No me gusta eso después de lo que casi me hace la noche anterior. Continuamos avanzando hasta que todos nos hemos organizado. El presidente Aurellius Snow da el discurso de bienvenida. Yo solo miro con odio su pedestal y recuerdo a mi hermano. Un miedo me aterra al pensar que se han deshecho de la foto y el colgante que traía. Empiezo a impacientarme cuando todo termina.
Subimos a unos elevadores extraños junto con los chicos del 2, del 4 y del 11. El chico del 2 se llama Liam y su compañera de Distrito, una chica de catorce años le dicen Dan, algo extraño pero no digo nada. También son Profesionales así que nos conviene aliarnos con ellos. Light parece preocupado y tenso. Yo me cruzo de brazos y permanezco en silencio hasta que el elevador llega a la primera planta, la nuestra.
Camino fuera del borbotón de chicos y llegamos a un vestíbulo grande con adornos en oro, plata y cristales. Hay una gran sala y un comedor asombroso. Veo un pequeño pasillo donde seguramente estarán las habitaciones. Camino por la estancia sintiéndome extraña. La voz de Carmel me interrumpe.
− ¡Maravilloso! ¡Estuvieron asombrosos los dos! –Carmel nos planta un beso en cada mejilla a ambos.
− Fue fantástico –dice  Dima. Veo a Rya y a otra mujer hacer cara de satisfacción.
Sonrío y Dima me conduce a mi habitación.  Abro mis ojos contemplando la lámpara de cristal sobre la gran cama abultada. Hay una ventana con presentaciones de imágenes y mesas de donde se pueden ver velas y algunas plantas raras.
Me quito el vestido y lo dejo encima de mi cama, camino hasta el baño donde me quito el maquillaje y cepillo los mechones cortos de mi pelo. Me pongo unos pantalones blancos y una blusa de color lila antes de salir para la cena. Veo a Light con su pelo mojado y vestido con una camisa azul y pantalones negros. Está mirando el resumen de todo lo sucedido en el Desfile. Miro nuestro carruaje y no siento ser aquella chica que califican de “alegre por estar aquí”. Más bien me siento como una niña débil que no sabe qué hacer en estos momentos.
− Es extraño –murmura Light mirando aún la pantalla –el estar aquí. Siendo promocionados como artículos de feria.
Me quedo en silencio. No sé qué decirle.
− Cuando tu hermano y tu padre vinieron al Capitolio. Cuando sucedió lo de la trampa que los mató a todos. Mi hermana Melanie quedó destrozada, no quería vivir y no quería estar sometida a cosas como estas –Light traga saliva –Un día, cuando estábamos en la refinería de diamantes, ella no se apareció. Fue hasta la tarde que, Aaron, el agente de paz que vivía enamorado de ella, se apareció con lágrimas en los ojos y una soga ensangrentada…
Quedo paralizada un minuto, no sabía que Melanie se había suicidado luego de lo de mi hermano. Es un golpe duro para cualquiera, pero para ella, lo fue todo.
− Lo… lo siento, Light –tartamudeo
− No tienes por qué disculparte, ni siquiera sentirte culpable. Aquí el que te tiene que pedir perdón soy yo. Por lo de anoche –dice
− No fue nada –admito aunque no sea del todo cierto –No te culpo por eso. Y menos ahora y aquí.
El suelta una risita y murmura:
− Ahora sé por qué estoy enamorado de ti.

Duermo la mayor parte de la noche. Mi cama es muy cómoda pero no puedo quitarme de la cabeza las palabras de Light. Su rostro me invade en miles de ángulos diferentes, casi como disparos de recuerdos. Me digo a mi misma que sus sentimientos no tienen sentido. No nos hablamos desde que éramos niños. Nunca tuvimos un contacto para nada romántico. La única persona que teníamos en común era Kirk y él…
Me muevo inquieta en la cama hasta que escucho unos pasos en la sala. Son casi pisadas demasiado silenciosas. Podría ser un ratón o algo así pero no hay plagas en el Capitolio. O no que yo sepa.
Abro la puerta de mi habitación con mucho cuidado y trato de esconderme mientras escucho la voz de Dima y Rya. Ambas parecen bastante preocupadas por algo. Agudizo más mi oído y trato de escucharlas.
− No podemos seguir ocultando esto, Rya –susurra Dima –No con Ivy y Light aquí.
− No tenemos opción. Es por su seguridad, y la de Ivy también –responde Rya.
− Creo que este asunto tiene que discutirse. No podemos dejarlos ir a la arena con tantos líos en la mente –dice Dima –Tú y yo sabemos que no podemos mantenerlos a ambos con vida. No así, no tan fácil.
− Pero ya ocurrió ¿recuerdas? Los Segundos –susurra Nial.
− Pero eso fue porque ambos no podían matarse entre sí. Estaban muy débiles. La infección los mataría con diferencia de segundos –Murmura Rya –no sé qué haremos con ellos.
Un minuto de silencio.
−Él está enamorado de ella –dice Nial –me lo dijo esta mañana.
− Eso no nos sirve… -la voz de Dima se vuelve más fuerte.
− Claro que sirve. Tú sabes, además que los tributos del 1 son los favoritos de Aurellius –dice Rya –Si le damos buenas razones, los dejará vivir.
Me quedo con la boca abierta y siento un escalofrío en mi piel. Ahora no solo tengo que preocuparme de vivir por mi cuenta. Tengo que estar pendiente de Light. Unas manos me toman por sorpresa.

2 comentarios:

  1. Súper!!! Me encanta como escribes, sigue así que yo voy a seguir leyendo. Un beso, y si puedes basate por mi blog :)
    ladecimasecta.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  2. Gracias! Un beso para tí tambien me alegra que te guste!

    ResponderEliminar