Capítulo II

Bueno aquí les dejo el capi 2 de los Décimos Juegos del Hambre, recién escrito y antes de irme a dormir.

− ¿Algún voluntario para reemplazar a este par de jovencitos? –dice Carmel. Ninguna de las chicas responde. Un grito proveniente de la primera fila me asombra.

− ¡Me presento voluntario como Tributo! –dice un chico alto. El chico que me seguía en la mañana cuando veníamos a la Plaza.  Su cara refleja cierta conmoción y preocupación. ¿Qué es lo que trama?

− ¡Oh! Parece que tenemos un ligero cambio en nuestro tributo masculino –dice Carmel mientras el chico sube a la plataforma. Mis ojos se enfocan en sus padres, quienes lloran desconsoladamente. No sé por qué sus caras me resultan tan familiares. –Dinos tu nombre, querido –dice Carmel en el micrófono.

El chico me mira con los ojos ansiosos y responde para la multitud:

− Light Dialland –responde, contengo un grito ahogado al escuchar su nombre. Ahora todo tenía sentido.

Su hermana era Melanie Dialland, la novia de mi hermano en los Días Oscuros. Nos conocíamos desde pequeños cuando jugábamos en la fábrica de diamantes donde se hacían las juntas de los pocos que estaban a favor de la rebelión. Sus padres también estaban en ese grupo.

Cuando el Capitolio asesinó a mi padre y a mi hermano junto con los otros veinte hombres que cayeron en la trampa del tren, sus padres quedaron marginados junto con toda mi familia. Tuvimos que lamer varios pies y hacer todo tipo de cosas para que nos devolvieran por lo menos los cuerpos de nuestros muertos y el perdón para seguir adelante. Light era el chico cuya vida fue igualmente desmembrada como la mía. Ahora tendremos que morir dejando solos a nuestros padres. Completando la transición a una vida miserable. Miro el Edificio de Justicia con los ojos entrecerrados maldiciendo al Capitolio por quitarme mi vida, moldearla y ahora destruirla.

Estoy en una gran sala decorada con adornos lujosos. Miro la ventana con tristeza, el sol se está poniendo de color naranja pero parece no avanzar con los minutos.  Los agentes de paz acaban de sacar a mi madre de aquí. Ambas lloramos y nos despedimos. Quizá ella está igual de resignada que yo a no volver. Aunque podría ganar, los nuestros lo han hecho ya tres veces, ¿por qué yo no?

La puerta se abre y me giro con rapidez a mirar el rostro destrozado de Kirk. Me quedo paralizada un minuto y no sé qué decir. Sus ojos azules me siguen hasta que por fin de su boca sale algo.

− Vuelve, por favor –suplica mientras lo veo sentarse en unos de los sillones de la sala –si no vuelves…

Me acerco a él con las piernas temblando. Me siento a su lado y tomo sus manos frías y pálidas. Este es nuestro adiós y quiero hacerlo menos doloroso de lo que ya es.

−Lo haré –respondo. Sus ojos me miran –volveré. Soy más fuerte que ellos. Por ti…

Pero no puedo terminar la frase porque sus labios me silencian. Son cálidos y dulces. Me siento feliz y a la vez destrozada. Tuvimos que perdernos, el uno al otro para decir lo que sentíamos. Su rostro se separa del mío y susurra

− Te quiero –Un agente de la paz se lo lleva a la fuerza y lo veo desaparecer tras un portazo.

Toco mis labios. Derramo unas cuantas lágrimas antes de que la voz del agente de la paz me interrumpa.

− Tienen diez minutos

Me vuelvo para mirar a Light, su cabello rubio cae en ondas sobre su frente. Sus ojos marrones no muestran ni un rasgo de tristeza. Sus facciones son rectas y allí a mi lado, me doy cuenta de lo fuerte y alto que es. Tiene una expresión dura. Yo solo lo miro esperando algún tipo de explicación.

− Hola –dice

− Hola –respondo

− ¿Me recuerdas? –pregunta sentándose a mi lado.

Asiento mirándolo a los ojos. Tienen un extraño matiz ámbar. Parpadeo un par de veces antes de preguntar:

− ¿Por qué lo hiciste? –Pregunto –Me refiero a ofrecerte como voluntario.

El me mira un rato sin responder. Me siento incómoda así que aparto su mirada clavándola en el suelo oscuro suelo de madera. Siento que me ruborizo lentamente y la sensación del beso de Kirk vuelve a presentarse, volviéndome un espiral de emociones. Me escondo tras mi cabello.

− Por Kirk –responde al cabo de un minuto –Es mi amigo y no quería verlo morir. Además sería ya bastante trágico dejar que dos personas que se aman se destruyan porque sí ¿no te parece?

Asiento tímidamente. Siento el calor de su mano cerca de mi brazo, sin embargo no siento su contacto. Sigo mirando al suelo pero sé que retiró su mano con un gesto de reproche.

Escucho un sonido titilante y lo miro nuevamente.

− Kirk te envió esto –saca un colgante de plata. Es la mitad de un corazón. Tiene escrito en el Por Ti, lo tomo y lo contemplo un minuto. Luego veo que me tiende una foto de mi hermano. La sostengo y la guardo en mi zapato. –Tu madre me dijo que te trajera eso. Dice que te traerá suerte en la arena.

− Gracias –murmuro.

Nos quedamos en silencio hasta que los agentes de la paz nos escoltan junto con Carmel al auto que nos llevará al tren. Carmel empieza a hablarnos de las ligeras especialidades que nos darán este año. Como un show de talentos de los Tributos para animar más el espectáculo. Además de aumentar el tiempo de entrevistas y de los discursos, comida y un baile especial para hacer Alianzas antes de los juegos. No presto demasiada atención a nada y miro la ventana recordando cada edificio y cosa que puedo.

Puede que no la vuelva a ver nunca.