El aire es cálido. Es verano, como no. Verano…La palabra resuena en mi mente un
rato antes de abrir los ojos de golpe. Época de los macabros Juegos del Hambre.
Hoy será la Cosecha para los Décimos. Parecen no ser muy especiales aunque
puede que hayan agregado cosas nuevas al espectáculo. Proviniendo del
Capitolio, no me sorprendería que pusieran a los Tributos escogidos a bailar y
cantar como actores de circo solo para su entretenimiento.
Miro mi reloj. Diez y media. La Cosecha es a
las dos. Suelto un suspiro cargado de nervios y me levanto de mi cama. Miro la
ventana de mi habitación y veo el cielo azul del Distrito Uno.
Voy al cuarto de baño y me doy una ducha. Me
lavo el pelo y lo cepillo con cuidado. Hay que estar presentables si quieres
dar una buena impresión a la gente del Capitolio si sales elegido así que
vuelvo a mi habitación con mi pelo húmedo y envuelta en una gran toalla blanca.
La casa está vacía. Mi madre debe estar en el Edificio de Justicia con los
preparativos. Ser la alcaldesa supone ese tipo de responsabilidades.
Yo, por mi parte me dedico a estudiar.
Afortunadamente mi escuela es bastante completa, nos enseñan cosas relacionadas
con la industria de nuestro distrito: El lujo y otras con la historia de nuestro
país Panem. Sin embargo recuerdo bastante bien los denominados Días Oscuros. Mi
hermano Loren y mi padre fueron parte de la rebelión; desafortunadamente
terminaron en un tren hacia el Capitolio. Mi padre fue asesinado mientras que
de mi hermano no sé nada. Debe tener unos veintisiete años si sigue vivo. Diez
más que yo.
La otra parte de mi tiempo va a la academia de
Profesionales. Un tipo de Instituto de entrenamiento para los Juegos. Llevo
cinco años en ella y aunque por golpe de suerte no he salido elegida, me ha
enseñado a sobrevivir en todos los ambientes y a usar armas como el cuchillo,
el arco y las espadas ligeras. Espero que siga así.
Me coloco un vestido color gris que me llega
más arriba de las rodillas, de cuello tipo bandeja y de mangas cortas y
ligeramente abultadas. Los bordes inferiores, del cuello y de las pequeñas
mangas son de color negro. Es un vestido sencillo pero bastante bonito. Me
coloco unas bailarinas negras y una diadema color ceniza. Me seco el pelo con
el secador de mi madre formando ligeras ondas en las puntas que llegan hasta un
poco más debajo de mis hombros de color chocolate, igual que mis ojos.
Aprovecho para aplicarme algo de brillo en los
labios y tomar un vaso de jugo de naranja en la cocina antes de salir de la
casa. El Distrito 1, al ser uno de los más ricos con respecto a la simpatía que
nos tiene el Capitolio, es un conjunto de casas grandes e industrias modernas
que se encargan de fabricar las joyas, maquillaje y demás comodidades para la
gente del Capitolio.
Miro el cielo y veo el sol un poco más
inclinado de su punto más alto. Debe ser la una. Camino lentamente hacia la
Plaza a encontrarme junto con los demás chicos. Veo a lo lejos a Kirk Lowell,
el chico que me ha gustado desde que ingresé a la Academia de Profesionales. Un
muchacho de pelo negro y ojos azules como lagos, alto y fuerte. Maneja la lanza
y ha aprendido a lanzar algunos cuchillos. Lo veo con una camisa blanca y
pantalones negros. Su espalda es ancha y no me deja ver su rostro pero por su
postura –hombros caídos y encorvado –puedo decir que tiene miedo. Su hermano
fue Tributo en los Octavos Juegos del Hambre y casi gana, si no es por la chica
del 4 que lo asesinó mientras dormía.
Miro al suelo y me mantengo detrás de él.
Hemos hablado un par de veces pero nada como para hacer gran escándalo. Aunque
lo he pillado mirándome en los entrenamientos de la Academia. Siento un par de ojos en mi nuca. Miro hacia
atrás con un movimiento ligero de mi cabeza. Un chico, de unos dieciocho años.
Alto, fuerte, de pelo rubio y ojos marrones. Lleva una camisa azul remangada y
unos pantalones grises. Veo a sus padres, tomados de las manos. Debe ser el
último año y están esperando a que no salga elegido. Así somos la mayoría aquí.
Aunque tengamos la Academia de Profesionales, siempre nos aterra el ir a la
arena a prácticamente morir, pero siempre que sale un nombre, el chico o chica
elegidos pretenden ser más fuertes, quizá es esa la razón por la que los
Distritos menores nos tienen tanto miedo.
Llagamos a la Plaza y veo a mi madre recitar
el Tratado de la Traición y todo lo de los Juegos de este año. Parece que no
serán especiales. Eso supone un alivio. Sería terrible que nos hicieran algo
para conmemorar unos tontos Juegos desmembradores de familias.
Me ubico junto a varias chicas de mi edad
quienes alucinan con mi vestido. Entra una mujer con un traje color azul
marino, tatuajes en su rostro de color verde y el pelo naranja recogido en una
cola de caballo. Lo que más me asusta son sus tacones dorados de casi quince
centímetros. Soy alta pero esto ya es ridículo. Es nueva, no la había visto las
anteriores Cosechas. Dice su nombre en el micrófono: Carmel Hiski y lo
emocionada de escoltar al Distrito 1 en los Décimos Juegos del Hambre y un
montón de cosas con aquel molesto acento del Capitolio. Miro de reojo a Kirk en
la formación de los chicos. Lo pillo mirándome, baja la mirada y yo corto la
suya. Carmel se dirige a la urna de las chicas y saca un papel. Lo abre y lee
su nombre en voz alta. Mi nombre:
− ¡Ivy Aurum! –dice. Se me hiela la sangre y
veo a mi madre derramar lágrimas. Soy su única familia. Quedará sola.
Camino resignada mostrando superioridad frente
a las cámaras. Me veo en las grandes pantallas de la Plaza, mi piel cremosa,
mis facciones a punto de quebrarse en sollozos. Sin embargo todos me muestran
respeto. Veo a Kirk sobre la plataforma
y este está mirando al suelo. Quizá si teníamos algo especial. No lo sabré
nunca.
Carmel camina hacia la urna de los chicos y
saca un papel. Los nervios me matan. Me digo a mi misma que no debo llorar pero
el nombre me da como una patada en el estómago.
− ¡Kirk Lowell! –el eco me hace derramar
lágrimas transparentes y casi invisibles.
Hoy la suerte no está de mi lado.
Espero que les halla gustado. Así es como me imaginé el vestido de Ivy... (Ivy NO es como la chica de la foto)
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