domingo, 24 de junio de 2012

Capítulo XXVIII

Sé que me demoré y todo pero estuve algo castigada por pasarmela aquí. Así que por fin lo he terminado! Y que creen? Tengo ya adelantado algo de Exponentia! Espero poder subir los capis muy pronto... Por ahora.. Disfruten!


―¡Melanie! ¡¿Qué rayos haces aquí?! –pregunto susurrando cada palabra sorpresivamente

Ella se lleva un dedo a la boca pidiéndome silencio. Me toma de la espalda y empieza a dirigirme a mi habitación en el tren. La puerta se cierra detrás de ella.

― ¿Qué pasa? ¿Loren está bien? –pregunto bajando la voz.

Ella asiente y me doy cuenta que está muy callada. No trae su maquillaje ni sus extravagantes ropas del Capitolio ¿Qué ocurrió? ¿Dónde estaba mi hermano? ¿Por qué ella estaba en este vagón rumbo hacia el Distrito 1? Melanie mira avergonzada al suelo del tren y luego casi leyéndome el pensamiento. Empieza a escribir rápidamente en un papel algún mensaje.
Si estaba escribiendo como loca debe ser porque no puede pronunciar palabras con su boca. Eso significaba que…

― ¡Te convirtieron en… -Melanie me tapa la boca con una mano y quita la barrera de sus labios y dientes y me enseña su lengua. Intacta.

― Shhh –sus largos y pálidos dedos señalan una péquela bolita en la esquina de mi puerta. Una cámara grabando.

Me quedo paralizada. Sabía que me estaban vigilando pero nunca pensé que llegaría a pasar esto. Melanie empieza a hacerme señas. Que me quede quieta y actúe como si fuera una sirvienta. Que no haga nada que nos deje al descubierto.

En ese momento empiezo a caminar hacia mi cama como si estuviera muy cansada luego de un largo día. Hasta que Melanie me deja un pedazo de papel debajo de la colcha. Luego la veo marcharse.
Me meto dentro del edredón y abro la bola arrugada de papel blanco manchado de tinta. Tomo un momento para respirar y me alegra ver que no he apagado las luces.

Todo está mal. Tienen que huir. Descubrieron que los Juegos estaban arreglados. Los del Capitolio van a entrar en cualquier momento. Los meterán presos o algo peor... Debemos correr hacia los bosques. Estamos en la entrada al Distrito 6. Si quieres vivir, cuenta hasta cien luego de leer esto y sal de tu habitación. Light ya está al corriente y te espera en la puerta trasera del último vagón. Loren también estará allí.
Date prisa…

Arrugo de nuevo el papel y cuento mentalmente, estoy hiperventilando así que empiezo a relajarme poco a poco. Arrugo el papel y lo meto dentro de mi pijama. Cierro los ojos y empiezo a preguntarme qué dirán de mí en cuanto no llegue en el tren o no salga en aquellas noticias que hacen ver a todos. Estoy segura que tendrá que obedecerla nota cueste lo que cueste. Tengo que huir de aquí y lo bueno es que no estaré sola. Tendré a mi hermano y a Light. Pero ¿mamá? ¿Qué será de ella?
Seguramente llorará pero en retrospectiva me deseará lo mejor… Eso sí, si no le dicen que estoy muerta. Lágrimas empiezan a rodar por mis ojos y empiezo a darme cuenta de mi cuenta mental.

27…26…25…

Mi madre ya ha tenido demasiadas pérdidas como para sumarle la mía… Ahora solo quisiera verla y decirle que todo estará bien… Todo… ¡¿Qué había hecho yo para esto?! Primero perder a mi padre y a mi hermano, vivir en la soledad y en la incertidumbre. Que mi madre cayera en depresión, luego enamorarme del chico equivocado, ser Tributo, volver a enamorarme de una manera casi trágica y luego ganar y ser cazada por el Capitolio como una delincuente que solo quería era que le respetaran la vida… Y aunque ahora mi vida no me importa mucho, empiezo a pensar en qué será de mí ahora. Salgo de un obstáculo para entrar en otro. Otro mucho más profundo y más difícil de superar.
Pasé de ser su favorita a ser su objetivo.
3…2…1…

Me quito las sábanas y hago como si no pudiera conciliar el sueño. Doy un par de vueltas por la habitación sintiéndome estúpida y nerviosa. El sudor me emieza a dar comezón y salgo de la habitación hacia el comedor. No hay nadie así que tomo aire y empiezo a sentir un ligero hormigueó de adrenalina. Tomo un vaso de agua y luego lo dejo medio lleno antes de empezar a caminar por el largo pasillo de puertas que se abren a unos pocos centímetros de mí. Se cierran a mis espaldas y no es hasta que llego al vagón del equipaje que me siento casi libre. El tren aún está inmóvil. Así que aprovecho y quito el seguro de la última puerta. Esta en seguida se abre con violencia y una ráfaga de viento me empieza a hormiguear la piel. Tengo unos shorts y una blusa blanca acompañados de unas zapatillas. Quizá crean que fui a caminar como los demás.
Bajo del tren y me tropiezo con el riel. Mantengo el equilibrio conteniendo la respiración. El corazón late con fuerza dentro de mi pecho y amenaza con salir de mi boca. Miro a ambos lados y hacia el bosque esperando una señal de algún tipo. No veo a Light, ni a Loren y mucho menos a Melanie. Quizá me esperaban por la salida principal del tren. O solo me demoré demasiado fingiendo y se fueron sin mí. Ahora estoy asustada. Suspiro y empiezo a contar los segundos con mi pie izquierdo. Marcando cada uno contra las rocas de la vía.

Pasan unos treinta segundos hasta que unas manos me toman por sorpresa. Me tapan la boca y me estrechan dejando mis pulmones sin aire. Me elevan del suelo y me empiezan a arrastrar hacia el inicio del tren. Me sacudo y pataleo hasta que logro golpear a mi atacante. Este me suelta mientras emite un gemido de dolor y me giro esperando no ver a mi hermano ni a Light.
Un Agente de Paz.
Le doy una patada en el estómago hasta que está de rodillas. Lo miro tendido en el suelo y medito un segundo antes de empezar a correr hacia el bosque.

― ¡Está escapando! –grita el Agente de Paz.

Me cuelo a través de una cerca de espinos con algunos rasguños y empiezo a correr por el bosque. Empiezo a oír algunas alarmas y gritos furiosos. Empiezo a ahogarme pero no puedo detenerme. No puedo.
Corro por la infinidad del bosque hasta que me choco con algo.
Caigo al suelo desorientada y en un momento entra el pánico. Pero en cuanto veo su cabello rubio me levanto rápidamente a abrazarlo.

No digo nada por la falta de aire, y él parece querer decirme muchas cosas. Pero no hay tiempo. Lo miro a los ojos antes de quitarme las zapatillas y  pisar el suelo lleno de hojas húmedas y lodo.

Él me toma de la mano y empezamos a correr.

Es de noche por lo que los Aerodeslizadores no nos podrán localizar y cuando sea de madrugada. 

Estaremos lo suficiente lejos como para despistarlos. Sonrío ante la idea. Mis pulmones arden pero es un ardor que me dice algo.

Libertad.

2 comentarios:

  1. El final... APOTEÓSICO! Me ha encantado! Me da muucha pena que se termine esta historia pero también me muero de ganas por empezar a leer Exponentia! Un beso:) Pásate por mi blog, La décima secta y me comentas tu opinión!

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    1. Me alegra que te guste! Creeme que estoy escribiendo el capi 29 y todavía no lo puedo creer... Esta historia ha sido mucho para mí y de verdad me da tristeza que se termine pero como se dice..
      "Cada final es un nuevo comienzo"

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